Pular para o conteúdo principal

¿Estamos preparados para envejecer?

En plena revolución de la longevidad ¿estamos preparados para envejecer?

Comentário do Blog: Esta pergunta está adequada a todos os países e cabe ser feita por todos nós, individualmente, tendo presente que o envelhecimento é um processo comum a todos os seres vivos. É fundamental que esqueçamos os estereótipos construídos, ao longo dos séculos sobre a velhice. Afinal somos o que a sociedade pensa que somos ou  somos nós mesmos cada um com sua personalidade, seus valores e curso de vida próprios? O artigo refere-se a Argentina, mas importante é que saibamos que o mundo inteiro vive o mesmo momento. Mantive o artigo e espanhol, mas sintam-se a vontade para usar o tradutor que está logo acima, na página.

LLEGAR A LA VEJEZ. La expectativa de vida aumenta en Argentina, pero con los cuidados necesarios se la puede transitar con alegría y bienestar.

Hay cuestiones en las que Argentina parece un país desarrollado. Una es la expectativa de vida: según la OMS, entre 2010 y 2015 la media pasó de 75 años y medio a 76 y cuatro meses. Esto, en los hechos, quiere decir dos cosas: los adultos mayores son cada vez más y viven cada vez más tiempo. ¿Estamos, como país y como personas, preparados para esto? Para la psicóloga Silvia Gascón, directora de la Maestría en Gerontología en Universidad Isalud, la respuesta es no.
“Por un lado, el propio envejecimiento es un proceso que cuesta aceptar -afirma en diálogo con LA GACETA-. Por el otro, estamos viviendo una ‘revolución de la longevidad’, que en poco tiempo ha modificado de hecho muchas reglas del juego”.

Vencer estereotipos -  “A pesar de ser ineludible -de hecho, la curva de envejecimiento empieza alrededor de los 25 años- nadie quiere volverse viejo”, destaca Gascón y añade que los ideales propuestos por la sociedad -fuerza, belleza- conspiran contra el propio envejecer, y también contra los que ya envejecieron. Mitos idealizantes como el de la eterna juventud generan desde una infantilización de los adultos mayores (se los trata de ‘chicos’, se les impide ser autónomos y tomar decisiones, por ejemplo) hasta maltrato y discriminaciones: el ‘viejismo’ es el único caso que conozco en el que se discrimina un grupo del que -si se llega- se va a formar parte”, añade.

“La vejez de los padres, especialmente si viene acompañada con una demencia (cuya incidencia aumenta con el aumento de la longevidad), genera una situación de vulnerabilidad y requiere un proceso de duelo en los hijos”, asegura Diego Aguilar, psicólogo y director Ejecutivo de la tucumana Fundación León. “Que las cosas ya no son como eran se pone rotundamente de manifiesto; las dinámicas cambian y es necesario repensar desde qué lugar se brinda cuidados al adulto mayor”, añade.
En síntesis: en los tiempos que corren no nos llevamos bien con la vejez, y cuando el “fantasma” se personifica en los padres el problema suele ser mayor.

La vejez de los padres -  Pero la realidad es que un grupo cada vez más numeroso de personas mayores vive 10, 15, 20 años más que en la década de 1960. Y, por otra parte, que esas personas han dado a luz una generación que Gascón llama “sándwich”: “tenemos más de 50 años. En otros tiempos, sin dudarlo nos hubiéramos hecho cargo de ellos. Pero esta es la generación de las mujeres que trabajan masivamente, tienen pocos hijos (o ninguno), construyen proyectos personales... Somos las de la minifalda, el cigarrillo y el amor libre”, describe. Y también -añade- las que, de a poco, se permiten preguntarse: ¿es una obligación hacerse cargo, o es una decisión? Esa pregunta -destaca- no viene sola: ¿cómo organizar la vida cuando los padres empiezan a envejecer? (Ver “Preguntas para estar atentos”).

“La mejor manera de acompañarlos es darles herramientas para que puedan valerse por sí mismos, y no tomar decisiones por ellos, sino -si hace falta- ayudarlos a tomarlas”, destaca Aguilar. Y es buena idea -añade- apuntalar su proyecto de vida (y ayudarles a construir uno, si la jubilación, por ejemplo, los dejó sin él).

La maldita culpa - El cambio de la realidad no necesariamente se refleja en una modificación del sistema de atención. “Hacerse cargo de un familiar dependiente, especialmente cuando eso se extiende en el tiempo, produce un desgaste terrible. El 80% de los cuidadores familiares termina en consulta por burnout. Al mismo tiempo, si no se hacen cargo, los carcome la culpa”, advierte Gascón. Para salvar esta paradoja es indispensable que el tema sea abordado en forma integral. “Es un nuevo (y en crecimiento) problema social, para el que, como sociedad, no estamos preparados”, añade. 


¿Quién los cuida?  el 80% de las veces se hacen cargo las hijas  - Ya sea que los hijos decidan vivir con sus padres cuando estos necesitan cuidados, ya que opten por personal de apoyo, la clave para vivir satisfactoriamente esta etapa es que los mayores no pierdan su autonomía. “Es importante tratarlos como personas y evitar etiquetas: no es paciente, no es enfermo, no es un niño viejo. Respetar su autonomía es fundamental”, resalta Aguilar. “Suele generarse una dependencia psíquica mutua entre el adulto mayor y el hijo que asume su cuidado que, además de desgastante, enferma a la familia aún más”.

“Si todo el cuidado que da en manos de familiares, el desgaste puede ser enorme. Para evitar que esto ocurra -señala Gascón-, hay que cuidar a las dos partes de la familia: hablar entre los hermanos y con los padres; organizarse de manera que las responsabilidades se compartan, y estar atentos si alguien en el grupo familiar entra en crisis”.  
“Hacen falta políticas públicas que pongan el ojo en las personas dependientes, cuyo número no va a dejar de crecer -reclamó Gascón-.  Y no me refiero a las agencias de cuidadores, que de uno u otro modo están empezando a solucionar algunas cuestiones, sino a un abordaje integral de esta realidad, que es un nuevo problema social.
En la actualidad rige una concepción familiarista de la atención de los adultos mayores, sin tener en cuenta que el cuidador familiar además, trabaja y tiene a su vez una vida personal.

No hay legislación que prevea, por ejemplo, subsidios a quien se ocupa de sus familiares ancianos, así como los hay para padres con niños pequeños”. Resaltó que en el 80% de los casos la atención de los padres está en manos de las mujeres de la familia (lo que también reclama -advirtió- una mirada de género) y que el desgaste puede ser tan intenso que se corre el riesgo de terminar en casos de malos tratos.

“Los adultos mayores viven en una situación de dependencia compleja (mayor o menor, según el caso): se les dificulta el acceso al sistema de salud, que no está diseñado pensando en ellos como un todo; la pérdida de ciertas habilidades (motoras, de desplazamiento, de comprensión de consignas) y capacidades (económica, por ejemplo) hace que necesiten apoyo -destacó Gascón -y esa dependencia puede generar malos tratos”.

Al hecho de que no hay políticas públicas centradas verdaderamente en ellos (maltrato del Estado), se suma el riesgo de abuso personal. Y como pasa con los niños, en el caso de los adultos lo más frecuente es que ocurra en el seno de la familia: desde la falta de afecto -“que es la verdadera responsabilidad de la familia”, resaltó-, al maltrato físico y hasta financiero. “Hay hijos que se mudan con sus padres, se apropian de la vivienda y hasta de su jubilación”, describió.
Respetar la autonomía. Hay que cuidar a ambas partes de la familia  - Ya sea que los hijos decidan vivir con sus padres cuando estos necesitan cuidados, ya que opten por personal de apoyo, la clave para vivir satisfactoriamente esta etapa es que los mayores no pierdan su autonomía.
“Es importante tratarlos como personas y evitar etiquetas: no es paciente, no es enfermo, no es un niño viejo. Respetar su autonomía es fundamental”, resalta Aguilar. “Suele generarse una dependencia psíquica mutua entre el adulto mayor y el hijo que asume su cuidado que, además de desgastante, enferma a la familia aún más”.

“Si todo el cuidado que da en manos de familiares, el desgaste puede ser enorme. Para evitar que esto ocurra -señala Gascón-, hay que cuidar a las dos partes de la familia: hablar entre los hermanos y con los padres; organizarse de manera que las responsabilidades se compartan, y estar atentos si alguien en el grupo familiar entra en crisis”.

Cinco preguntas para estar atentos

1- ¿Pueden cuidarse solos?  Cambios en la forma en que hacen las cosas pueden darte  pistas sobre su estado de salud: ¿son capaces de seguir su rutina diaria (bañarse y cepillarse los dientes)? ¿Funcionan las cosas en la casa: andan las luces, prendieron la calefacción, está inusualmente largo el césped?

2- ¿Están perdiendo la memoria? Hay una diferencia entre los olvidos normales y la pérdida de memoria que dificulta las actividades cotidianas. Los signos de este tipo de pérdida de memoria pueden ser: hacer las mismas preguntas una y otra vez; perderse en lugares conocidos; no poder seguir instrucciones; confundirse con respecto al tiempo, las personas y los lugares

3- ¿Están bajando de peso? Bajar de peso sin proponérselo puede ser la señal de que algo anda mal, y puede relacionarse con problemas como pérdida del sentido del gusto o del olfato, dificultad para hacer las compras o problemas financieros que restringen lo que pueden adquirir en la tienda, o afecciones no diagnosticadas como malnutrición, demencia, depresión o cáncer.

4- ¿Pueden movilizarse solos? Prestá atención a cómo se mueven. ¿Están reacios a caminar las distancias habituales o no pueden hacerlo? ¿Han sufrido caídas? La debilidad muscular y el dolor de articulaciones pueden dificultar la movilidad. Si no tienen estabilidad al caminar, podrían caerse y las caídas son una de las principales causas de discapacidad entre los ancianos.

5- ¿Mantienen su vida social? Estar de algún modo (que les sea placentero) activos los ayuda mantener sus ganas de vivir. ¿Mantienen su interés por sus pasatiempos? ¿Participan en organizaciones, clubes o comunidades religiosas? Que los adultos mayores ya no quieran estar con otras personas puede indicar un problema.

Fuente: Mayo Clinic   Fonte: http://www.lagaceta.com.ar/    Por Claudia Nicolin em 01/07/2018   Imagem: Stop Cancer Portugal

Comentários

Postagens mais visitadas deste blog

O Dente-de-Leão e o Viva a Velhice

  A belíssima lenda do  dente-de leão e seus significados Segundo uma lenda irlandesa, o dente-de-leão é a morada das fadas, uma vez que elas eram livres para se movimentarem nos prados. Quando a Terra era habitada por gnomos, elfos e fadas, essas criaturas viviam livremente na natureza. A chegada do homem os forçou a se refugiar na floresta. Mas   as fadas   tinham roupas muito chamativas para conseguirem se camuflar em seus arredores. Por esta razão, elas foram forçadas a se tornarem dentes-de-leão. Comentário do Blog: A beleza  do dente-de-leão está na sua simplicidade. No convívio perene com a natureza, no quase mistério sutil e mágico da sua multiplicação. Por isso e por muito mais  é que elegi o dente-de-leão  como símbolo ou marca do Viva a Velhice. Imagem  Ervanária Palmeira   O dente-de-leão é uma planta perene, típica dos climas temperados, que espontaneamente cresce praticamente em todo o lugar: na beira de estrada, à beira de campos de cultivo, prados, planícies, colinas e

‘Quem anda no trilho é trem de ferro, sou água que corre entre pedras’ – Manoel de Barros

  Dirigido pelo cineasta vencedor do Oscar, Laurent Witz, ‘Cogs’ conta a história de um mundo construído em um sistema mecanizado que favorece apenas alguns. Segue dois personagens cujas vidas parecem predeterminadas por este sistema e as circunstâncias em que nasceram. O filme foi feito para o lançamento internacional da AIME, uma organização de caridade em missão para criar um mundo mais justo, criando igualdade no sistema educacional. O curta-animação ‘Cogs’ conta a história de dois meninos que se encontram, literalmente, em faixas separadas e pré-determinadas em suas vidas, e o drama depende do esforço para libertar-se dessas limitações impostas. “Andar sobre trilhos pode ser bom ou mau. Quando uma economia anda sobre trilhos parece que é bom. Quando os seres humanos andam sobre trilhos é mau sinal, é sinal de desumanização, de que a decisão transitou do homem para a engrenagem que construiu. Este cenário distópico assombra a literatura e o cinema ocidentais. Que fazer?  A resp

Poesia

De Mario Quintana.... mulheres. Aos 3 anos: Ela olha pra si mesma e vê uma rainha. Aos 8 anos: Ela olha para si e vê Cinderela.   Aos 15 anos: Ela olha e vê uma freira horrorosa.   Aos 20 anos: Ela olha e se vê muito gorda, muito magra, muito alta, muito baixa, muito liso, muito encaracolado, decide sair mas, vai sofrendo.   Aos 30 anos: Ela olha pra si mesma e vê muito gorda, muito magra, muito alta, muitobaixa, muito liso muito encaracolado, mas decide que agora não tem tempo pra consertar então vai sair assim mesmo.   Aos 40 anos: Ela se olha e se vê muito gorda, muito magra, muito alta, muito baixa, muito liso, muito encaracolado, mas diz: pelo menos eu sou uma boa pessoa e sai mesmo assim.   Aos 50 anos: Ela olha pra si mesma e se vê como é. Sai e vai pra onde ela bem entender.   Aos 60 anos: Ela se olha e lembra de todas as pessoas que não podem mais se olhar no espelho. Sai de casa e conquista o mundo.   Aos 70 anos: Ela olha para si e vê sabedoria, ri

Saber ouvir 2 - Escutatória Rubem Alves

Sempre vejo anunciados cursos de oratória. Nunca vi anunciado curso de escutatória. Todo mundo quer aprender a falar... Ninguém quer aprender a ouvir. Pensei em oferecer um curso de escutatória, mas acho que ninguém vai se matricular. Escutar é complicado e sutil. Diz Alberto Caeiro que... Não é bastante não ser cego para ver as árvores e as flores. É preciso também não ter filosofia nenhuma. Filosofia é um monte de ideias, dentro da cabeça, sobre como são as coisas. Para se ver, é preciso que a cabeça esteja vazia. Parafraseio o Alberto Caeiro: Não é bastante ter ouvidos para ouvir o que é dito. É preciso também que haja silêncio dentro da alma. Daí a dificuldade: A gente não aguenta ouvir o que o outro diz sem logo dar um palpite melhor... Sem misturar o que ele diz com aquilo que a gente tem a dizer. Como se aquilo que ele diz não fosse digno de descansada consideração...   E precisasse ser complementado por aquilo que a gente tem a dizer, que é muito melhor. N

O Envelhescente por Mário Prata

Se você tem entre 50 e 70 anos, preste bastante atenção no que se segue.  Se você for mais novo, preste também, porque um dia vai chegar lá. E, se já passou, confira. Sempre me disseram que a vida do homem se dividia em quatro partes: infância, adolescência, maturidade e velhice. Quase correto. Esqueceram de nos dizer que entre a maturidade e a velhice (entre os 50 e os 70), existe a ENVELHESCÊNCIA. A envelhescência nada mais é que uma preparação para entrar na velhice, assim com a adolescência é uma preparação para a maturidade . Engana-se quem acha que o homem maduro fica velho de repente, assim da noite para o dia. Não. Antes, a envelhescência. E, se você está em plena envelhescência, já notou como ela é parecida com a adolescência? Coloque os óculos e veja como este nosso estágio é maravilhoso: — Já notou que andam nascendo algumas espinhas em você? — Assim como os adolescentes, os envelhescentes também gostam de meninas de vinte anos. — Os adolescentes mudam a voz. Nós, envelhesce